top of page

LA RAÍZ DE MI HERIDA

Foto del escritor: Wendy ZuluagaWendy Zuluaga

"caminando al perdón”


 

Para hablar de perdón, es necesario primero hablar de la herida, necesitamos saber qué nos duele, dónde duele y porqué nos duele.

El perdón es un tema bastante escabroso, porque es un tema que duele, pero hoy te digo que perdonar no duele, pero retener la ofensa sí porque te hace revivir el pasado una, y otra, y otra vez, encerrándote en un círculo de dolor y sufrimiento.

La raíz de retener este recuerdo vívido es que piensas que si lo sueltas te volverán a herir o te volverá a ocurrir lo mismo con una persona diferente. Así que te mantienes alerta manteniendo tu sufrimiento fresco como si te acabara de suceder como medio de protección a nuevas heridas o que personas diferentes te hieran.

Mantener esa herida aún viva no va a evitar que te hieran nuevamente o te sucedan cosas malas porque la vida está diseñada para pasar por momentos de felicidad, pero también de inmenso dolor y no podemos hacer nada al respecto, por consiguiente, mantener la herida viva solo causa autodestrucción, mientras te roba la alegría del presente y la esperanza de un mañana mejor.

Es normal que una situación en la que nos hirieron nos cause dolor, porque una persona en la que confiábamos nos traicionó sin medir las consecuencias o sin siquiera considerar el daño que te hacía, otras veces somos víctimas de personas que solo irrumpen en nuestras vidas a causarnos angustias y sufrimientos, en otras ocasiones se aprovechan de determinada situación y te someten. Hay mil formas en las que muchas personas han sido heridas pero lo que duele muchas veces no es lo que otro te haga sino la parte de ti que daña, ya sea, tu corazón, tu alma, tu mente, tu cuerpo, los valores y principios que hayan sido violentados por determinada acción.

Pero sea cual sea la herida que te hayan causado, seguir guardándole rencor a esa persona o mantener la herida sangrando solo te hace daño a ti, sujetándote al dolor y sufrimiento, dándole a esa persona que te hirió el poder de seguir destruyendo tu corazón, emociones, sentimientos, andando por ahí con el alma rota, prisionero del pasado y nadie puede avanzar con cadenas tan pesadas, con grilletes de amargura y desolación.

Sé que es más fácil escribirlo que vivirlo, pero para empezar un proceso de sanación y perdón (porque van ligados), debes ser consciente de que estás herido, lo que te hirió y lo que aún duele, para poder tomar la decisión de sanar, perdonar y avanzar.

Sí, leíste bien: Sanar, perdonar y avanzar es una decisión y qué bueno que sea así, porque tu hoy puedes romper tu cadena de lamentos, dolor, sufrimientos, rencor y decidir dejarlos atrás, concentrarte en tu presente y mirar hacia el futuro con esperanza. Tu corazón, tu alma, tu mente, tu espíritu que es todo tu SER merecen ser felices, estar sanos, llenos de alegría, de esperanza y de mucho amor. Sanar es un proceso al igual que perdonar, pero vale la pena esforzarte por salir del círculo de odio, rencor, sufrimientos, autoconmiseración. Tu mereces vivir completo.

Decide ser feliz, al decidir sanar te estás dando una increíble muestra de amor propio, escogiéndote por encima del dolor y mostrándote cuán fuerte eres porque sanar y perdonar es de fuertes y aguerridos que quieren una vida mejor. Pasa la página, arranca la lección de ese mal suceso y crece porque en el sufrimiento se avanza más que en la felicidad porque no hay mejor maestro que una mala experiencia.

Con cariño, Wendy Zuluaga.






Comments


Publicar: Blog2_Post

©2020 por Mi Sitio. Creada con Wix.com

bottom of page